Existe **un lugar mágico en Asturias, ** uno rodeado de bosques, ríos, fuentes y aldeas diminutas, en el que los osos pardos, los urogallos, los lobos y los rebecos campan a sus anchas sin miedo a la presencia humana, que –además de estar limitada– prefiere dedicarse a la vida contemplativa y a disfrutar de placeres más mundanos en un maravilloso hotel que antaño fue un monasterio: **¡Bienvenidos a Las Fuentes del Narcea! ¡Bienvenidos al Parador de Corias! **
EL ENTORNO
El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, con sus más de 500 km2 de terreno, además de estar reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco, atesora uno de los bosques mejor conservados de Europa, el de Muniellos, que cuenta con la máxima protección: solo pueden entrar 20 personas al día y por una ruta determinada.
Esta ausencia de actividad humana garantiza que el entorno en el que viven los animales se mantenga intacto y que tanto el oso pardo (emblema asturiano) como la población de lobos autóctona se sientan libres y seguros para repoblar la zona.
Menos pobladas, en cambio, están sus pequeñas aldeas de montaña, en las que apenas viven un par familias en cada una de ellas. Este paisaje rural, que engancha al visitante en cuanto pone un pie en la 'tierrina', fue el que llamó la atención de la instagramer Nuria Val, quien recorrió la zona con su cámara de fotos analógica para inmortalizar sus largos paseos por estos bosques sorprendentes y su inmersión en esta vida pausada en la que la directora creativa se siente tan cómoda.
Otro de los grandes protagonistas de la escapada de Nuria Val a las Fuentes del Narcea fue el Parador de Corias, un singular hotel que ha mantenido su estructura original –se trata de un monasterio benedictino del siglo XI rehabilitado por el arquitecto Jose María Pérez Peridis– pero que no ha dudado en renovar todos sus espacios de manera sofisticada y novedosa, gracias al trabajo de varios interioristas de renombre, como Pepe Leal y Erico Navarro.
Cada habitación y cada suite es diferente, de hecho los diseñadores tuvieron la libertad creativa para interpretar aquello que les evocase el Parador: desde un cabecero que hace referencia a los bosques asturianos hasta unas butacas de mimbre con un aire actual, pasando por tejidos y lámparas artesanales. Un nuevo lenguaje decorativo que renueva lo popular –para no perder la esencia ni el contexto del lugar– y que ha conseguido devolver al Parador de Corias al siglo XXI.
LOS EXTRAS
Fuimos la primera gran cabecera en fijar nuestra atención en el Monasterio de Corias, al que reconocimos con el premio Traveler a mejor hotel no urbano de España en el año 2014. Y desde entonces no han dejado de llegar galardones: los usuarios de TripAdvisor lo votaron como uno de los 20 mejores hoteles de España y el periódico The Guardian publicó que su spa es uno de los mejores de Europa, destacando su impresionante entorno rodeado de viñedos, su arquitectura (es conocido como "El Escorial asturiano") y su peculiar piscina, construida bajo los techos abovedados del sótano.
No obstante, no sólo los expertos hemos puesto nuestros ojos e interés en él, ya que no hace tanto tiempo los Amigos de Paradores, los clientes más fieles y auténticos conocedores del producto, lo escogieron como el mejor Parador de toda la red, entre otras cosas por su excelente gastronomía, la misma que atrapó a Nuria Val con sus sabores honestos y ese savoire faire asturiano en los fogones.
En su monumental restaurante, que ocupa el que fue refectorio del monasterio, ofrecen platos de cocina asturiana reinventada, basados en la huerta asturiana (verdinas, guisantes, fabes... comprados a productores de la región) y nutridos por las capturas diarias del Cantábrico. Además, en su carta tienen una recomendación para que te lleves la comida si sobra algo, porque la sostenibilidad es una de las piedras angulares del Parador de Corias, que se alimenta de electricidad 100% renovable y del que se ha eliminado todo el plástico de un solo uso de las habitaciones.
Por otra parte, muchas son las actividades que pueden realizarse al aire libre en la zona, desde relajadas caminatas por sus viñas y bosques cercanos hasta rutas en 4x4 por la Reserva Natural Integral de Muniellos para ver animales en libertad.
Pero lo que nunca puede faltar en un itinerario por las Fuentes del Narcea, más allá de este turismo activo, es el contacto con esos pueblos de montaña de interior que parecen detenidos en el tiempo y que tan bien quedan en la foto (¡y en el recuerdo!) , como pudo comprobar Nuria Val cuando se dedicó a descubrirlos y fotografiarlos con su cámara analógica. Porque existe una Asturias secreta, una cargada de una belleza natural y rural que atrapa.
*CRÉDITOS:
Fotógrafa: Cecilia Renard.
Ayudante de foto: Miguel Martorell.
Talent: Nuria Val.
Producer: Cecilia González.
Project Manager: Raquel Plaza y Rocío Segarra.